EVOLUCIÓN MIGRATORIA EN LOS ÚLTIMOS AÑOS
- yolandas2r
- 14 mar 2016
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Durante el período 2000-2007 España recibió unos flujos migratorios muy elevados, que representaron unas entradas anuales de inmigrantes del 1,4 % de la población nacional. Estas entradas elevaron la proporción de ciudadanos extranjeros hasta cerca de 12 % y se reflejaron en importantes cambios en la composición de la fuerza laboral por edad y nivel educativo. La crisis que se inició en 2008, y su fuerte impacto sobre el mercado de trabajo, con una pérdida acumulada de empleo desde entonces superior al 18 %, ha producido un cambio drástico en los flujos migratorios, que se han concretado sobre todo en un aumento notable de las salidas de extranjeros residentes en España. Se han registrado saldos migratorios negativos desde 2010 y el número de salidas fue superior al medio millón de personas en 2013. Estos desarrollos ofrecen una buena oportunidad para analizar los determinantes de los flujos migratorios, en particular la relación entre las variaciones en los flujos de inmigración y emigración de la población nacional y extranjera y la evolución macroeconómica.
Con la llegada de la crisis, el saldo migratorio de la economía española ha cambiado radicalmente. España destacaba por recibir unos flujos de inmigración muy elevados, que llegaron a alcanzar alrededor del 2 % de la población total en un solo año, desde 2010 el saldo migratorio se ha vuelto negativo y en 2013 el número de emigrantes ha superado el medio millón de personas. La mayor parte de estas salidas de población (en torno al 85%) están protagonizadas por extranjeros residentes en España.

EVOLUCIÓN MIGRATORIA EN 2015
La última oleada de inmigración demuestra que Europa se enfrenta a un desafío sin precedentes. Casi 57.300 inmigrantes irregulares llegaron a Europa en el primer trimestre de 2015. Esa cifra supone prácticamente triplicar la del mismo periodo 2014, un año en el que se pulverizaron todos los récords.
La población de España descendería un 0,15% en 2014, continuando con la tendencia negativa iniciada en 2012, en caso de mantenerse las tendencias demográficas actuales.
En los próximos 15 años España perdería 1.022.852 habitantes (un 2,2%) y en los próximos
50 años más de 5,6 millones (un 12,1%).

A pesar de la pérdida de población y la mayor esperanza de vida, el número de defunciones seguiría creciendo como consecuencia del envejecimiento poblacional. Así, en el periodo 2014-2020 se llegarían a registrar más de seis millones de defunciones, un 7,1% más que a las observadas en los 15 años previos (1999-2013). En el año 2020 se producirían 412.685 fallecimientos entre los residentes en España
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